Descripción
Descripción
El diario Egin recibió una llamada hacia las 10 de la noche del 30 de marzo de 1982 en la que se decía que el doctor Ramiro Carasa “había sido ejecutado después de interrogarle” y que su cadáver estaba en un monte entre Urnieta y Andoain. Los periodistas de Egin avisaron a la Policía, se acercaron al lugar y localizaron el cadáver antes que los agentes. El cadáver presentaba signos de haber sido torturado: tenía las manos atadas en la espalda, un gran hematoma en el ojo, una fractura en el cráneo y cinco tiros en la cabeza.
El doctor Carasa era traumatólogo en el Hospital Nuestra Señora de Aránzazu. Días antes de su asesinato circularon rumores en los que se le acusaba de haber negado la asistencia médica a un etarra herido en un atentado en el restaurante Rancho Chileno, en el que resultaron muertas tres personas. El Colegio de Médicos desmintió esta información, pero ya era demasiado tarde.
Carasa fue abordado por los terroristas cuando salía del trabajo para ir a Madrid, donde tenía que desplazarse. Uno de los etarras le obligó a introducirse en el vehículo y fue trasladado a un lugar cerca de Urnieta donde le interrogaron y le dispararon hasta causar su muerte. Los terroristas abandonaron el coche de la víctima en Lasarte.
#TalDiaComoHoy de 1982 #ETA secuestró, TORTURÓ y asesinó al jefe de Traumatología de la Residencia Nuestra Sra de Aránzazu de #SS, el doctor Ramiro Carasa. Su cadáver apareció boca abajo, con las manos atadas y 5 disparos.
"Lo hemos ejecutado después de interrogarlo"
HILO ⤵️ pic.twitter.com/uQW6QU5Hzi
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) March 30, 2024