Descripción
Descripción
Una veintena de disparos acabó con la vida de Antonio Alés Martínez, Ángel García Pérez y Pedro Sánchez Marfil que, en compañía de la mujer de este último, habían ido a cenar al bar Izaro. El bar era frecuentado por inmigrantes y además también solían acudir agentes de la Guardia Civil. Minutos después de que los agentes pidieran una consumición en la barra, entraron en el local cuatro individuos que, pidieron dos gin-tonic, medio cubalibre y una tónica, pagaron y salieron a la calle. Segundos después entraron de nuevo en el bar empuñando las armas que habían dejado dentro de un vehículo estacionado en la puerta.
Tras separar violentamente del grupo a la mujer del agente Sánchez Marfil, los terroristas empezaron a disparar por la espalda y a escasa distancia a los tres guardias civiles, que no tuvieron tiempo de darse cuenta de lo que pasaba. Pese a que los agentes fallecieron casi en el acto, al caer al suelo los fueron rematando con otro disparo en la cabeza. Los cuatro terroristas huyeron en un vehículo que habían robado con la ayuda de Juan María Tapia, colaborador de ETA que además les había dejado dormir en su domicilio.
A pesar de los numerosos clientes que había en el bar en el momento del atentado, ninguno de los testigos quiso colaborar en la investigación, ni contribuyeron a destapar a los terroristas, que habían actuado a cara descubierta. Sin embargo, la Guardia Civil pudo recoger e identificar las huellas de uno de los terroristas del atentado, que pertenecían a Pedro Leguina.
#TalDiaComoHoy de 1979 en un bar de #Azpeitia cenaban tres @guardiacivil junto a la pareja de uno de ellos que estaba embarazada, cuatro #etarras entraron al local, apartaron a la mujer y les descerrajaron veinte tiros.
Se llamaban ANTONIO ALÉS, ÁNGEL GARCÍA y PEDRO SÁNCHEZ.— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) November 28, 2024