Descripción
Descripción
Joaquín Becerra Calvente era un obrero que trabajaba en la empresa Tubos del Nervión, en Amurrio, y que solía echar una mano en los dos bares que su familia regentaba en la localidad. La noche del 2 de julio de 1980, dos miembros de ETA le dispararon siete tiros en la puerta de uno de los negocios. El atentado se produjo cuando su hermana le avisó que había tres personas en el exterior que aseguraban haber golpeado a su coche y, al salir, se encontró con dos personas que le dispararon siete tiros que le causaron la muerte prácticamente en el acto.
Unos días después, ETA reivindicó el asesinato en un comunicado en el que acusaba a Joaquín de ser confidente policial. UGT, sindicato al que estaba afiliado, salió al paso diciendo que “no puede haber ninguna justificación para lo injustificable”. La noticia provocó un paro en la fábrica Tubos del Nervión y la concentración de gran parte de la plantilla en el centro de Amurrio.
#TalDiaComoHoy de 1980 #ETA disparó 7 tiros a Joaquín Becerra en #Amurrio. Era culpable de tener un bar regentado por su hermana y estar en "listas negras". Trabajaba en "Tubos del Nervión", afiliado a @UGT_Comunica.
¡Así luchaba ETA por la clase trabajadora!También #Impune
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) July 2, 2024