Descripción
Descripción
Una hora antes de que explotara el coche-bomba, un ciudadano llamó desde su domicilio a la Ertzaintza para alertar sobre los altercados que se estaban produciendo en las inmediaciones de la plaza de Zinkoenea. Al llegar los efectivos policiales, una furgoneta y un coche patrulla, ya no había nadie. Sólo un contenedor en llamas y la trampa de un automóvil cruzado en la calle con el maletero cargado de explosivos. Los agentes se acercaron al coche y, después de una primera inspección ocular, avisaron a la grúa para retirarlo. Mientras esperaban, el explosivo fue activado, probablemente con un mando a distancia. La deflagración alcanzó de lleno a Iñaki Totorika e hirió a su compañero, que en ese momento se encontraba hablando por la radio del vehículo patrulla.