Descripción
Descripción
Durante la construcción de la autovía del Leizarán que pretendía conectar Navarra y Guipúzcoa, la banda terrorista ETA orquestó una campaña contra las empresas que participaban en las obras. Señalaron como objetivo a Jesús Gallego, presidente de Construcciones Atocha, S. A., y le enviaron un paquete bomba. Sin embargo, la empresa había trasladado su sede, de ahí que el paquete fuera devuelto a las oficinas de transporte Servitrans, en el barrio de Vallecas.
Los empleados de la oficina comprobaron que los datos del remitente eran falsos y avisaron a los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía, que llegaron a la oficina pasadas las 19.00 del 12 de junio de 1991. Los agentes llevaron el paquete hasta un furgón policial para intentar desactivarlo, pero en el traslado explotó, matando a dos de los artificieros, Andrés Muñoz Pérez y Valentín Martín Sánchez, e hiriendo a varios agentes y empleados de Servitrans.
El subinspector Valentín Martín Sánchez era natural de Grimaldo (Cáceres), pero vivía con su esposa y sus dos hijos, de nueve y seis años, en Móstoles, donde fue enterrado.