Descripción
Descripción
Pablo Izquierdo Asanza, empleado de Renfe de 42 años, era un amante de los trenes. Era Delegado del Sindicato Ferroviario, donde luchaba por los derechos de sus compañeros. Vivía con su madre en el barrio de Vallecas y era fanático del Rayo Vallecano. Su sobrina pequeña quiso despedirse de él escribiendo unas palabras: “Por culpa de estos fanáticos, ya no podrá volver a mirarme con esta cara tan especial que tenía”.
El 11 de marzo de 2004 era jueves. A primera hora de la mañana, terroristas vinculados a Al-Qaeda colocaron trece bombas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid. Entre las 7.37 y las 7.39, cuando los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez, diez de las bombas estallaron. Como resultado, 191 personas murieron y alrededor de 1.500 resultaron heridas. Fue el atentado terrorista más grave de la historia de España. El 3 de abril de 2004, cuando agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) se disponía a entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban recluidos los autores de los atentados, los terroristas protagonizaron un suicidio colectivo haciendo estallar veinte kilos de explosivos. La onda expansiva causó la muerte de un GEO, que cierra la ominosa lista de los 192 asesinados a causa de los atentados del 11-M.