Descripción
Descripción
Miguel Reyes trabajaba como funcionario en la Delegación del Gobierno para la Extranjería e Inmigración. Hacía pocos meses que se había independizado en la madrileña localidad de Alcalá de Henares, en la misma urbanización en la que vivían sus padres, con quienes tenía una relación muy estrecha. El 1 de marzo le habían concedido una rotación de horarios y se incorporaba a su puesto media hora más tarde de lo habitual. Cada día cogía el tren hasta Nuevos Ministerios. Perdió su vida en la estación de El Pozo.
El 11 de marzo de 2004 era jueves. A primera hora de la mañana, terroristas vinculados a Al-Qaeda colocaron trece bombas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid. Entre las 7.37 y las 7.39, cuando los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez, diez de las bombas estallaron. Como resultado, 191 personas murieron y alrededor de 1.500 resultaron heridas. Fue el atentado terrorista más grave de la historia de España. El 3 de abril de 2004, cuando agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) se disponía a entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban recluidos los autores de los atentados, los terroristas protagonizaron un suicidio colectivo haciendo estallar veinte kilos de explosivos. La onda expansiva causó la muerte de un GEO, que cierra la ominosa lista de los 192 asesinados a causa de los atentados del 11-M.