Descripción
Descripción
Máximo Díaz Bardera había salido a pasear con su compañero y amigo Francisco Rivas López y los perros de ambos por el Monte Ulía, vestidos de paisano y fuera de servicio. Los terroristas abordaron a sus víctimas en un paraje aislado y les mataron de un tiro a bocajarro en la cabeza. Pasadas las nueve de la noche, las familiares de los agentes comenzaron a inquietarse. Sobre todo, después de que uno de los perros regresase solo a casa.
Un centenar de policías, ayudados por un helicóptero de la Guardia Civil, inició el rastreo del monte, especialmente el paraje del Faro de la Plata, un lugar al que Francisco y Máximo solían acudir habitualmente con los animales. Los cadáveres fueron localizados tras una noche de intensos rastreos en el monte Ulía y después de que ETA describiese al diario Egin la ubicación de los cuerpos de los dos agentes. Los agentes escucharon unos gemidos, los siguieron y encontraron los cuerpos tumbados boca arriba de los dos policías con sendos tiros en la sien. La perra de Máximo aullaba de tristeza recostada sobre el pecho de su dueño.
El día del funeral oficial por las víctimas, San Sebastián apareció llena de pasquines en los que se podía leer «ETA quiere la guerra, el hambre y el caos para Euskadi. Los culpables son los que ayudan a esos asesinos».
#TalDiaComoHoy de 1985 #ETA asesinó a los @policia Máximo Díaz Bardera y Fco Rivas mientras paseaban a sus perros en el monte Ulía de #SS. Ya de noche el perro de Fco regresó al domicilio. Hizo saltar la alarma. Lo sabían TODO de sus víctimas y hasta de sus perros.
HILO ⤵️ pic.twitter.com/203LBnG2j4
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) May 21, 2024