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Descripción

Nacido en: Euskadi
Edad: 33
Hijos: 2
Estado civil: Casado
Ocupación: Jefe de la Unidad Especial de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza
Fecha del atentado: 24/05/1989
Lugar del atentado: Bilbo
Culpables: José Luis Martín Carmona, Fernando del Olmo Vega, Inmaculada Pacho Martín
Arma: Coche bomba
Asesinado por: ETA

Descripción

A las ocho y diez de la mañana del 24 de mayo de 1989, ETA asesinó con coche-bomba en Bilbao a los policías nacionales José María Sánchez García (34 años) y Manuel Jódar Cabrera (35 años), y al Ertzaina Luís Hortelano García (33 años). Los agentes fallecidos estaban adscritos a los grupos de especialistas en desactivación de explosivos de sus respectivos cuerpos.

Todo comenzó la tarde del día anterior, cuando los autores del atentado robaron a punta de pistola un taxi en Amorebieta, abandonando a su propietario atado a un árbol en los alrededores de Lezama, a escasos kilómetros del aeropuerto de Sondika, de donde fue rescatado a medianoche por efectivos de la Ertzaintza. La localización del taxista permitió emprender la búsqueda del vehículo y que la policía sospechará de él cuando lo encontró en las inmediaciones del concesionario Peugeot de Zorroza, donde para captar la atención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, varios terroristas habían colocado previamente un artefacto explosivo de escasa potencia. Una vez estallado el primer artefacto, y localizado el taxi robado, los efectivos policiales cortaron de inmediato el tráfico de la calle Fray Juan, travesía urbana de la carretera que une el centro de Bilbao con las localidades de la margen izquierda de la ría del Nervión.

Poco antes de las seis de la mañana comenzó la labor del equipo de los TEDAX, una vez desalojados de sus viviendas medio millar de vecinos de la zona, que se apostaron expectantes tras el cordón policial a cien metros del vehículo. Según confirman periódicos de aquel día, fuentes del Gobierno Civil de Vizcaya, confirmaron que el equipo de especialistas esperó alrededor de media hora antes de actuar, por si la explosión en el concesionario pudo afectar a la carga que había en el interior del taxi. Posteriormente, colocaron dos cebos: uno para abrir el maletero y otro para inutilizar el mecanismo de una de las trampas del artefacto, tras lo cual se acercaron al coche. Una vez allí, y por la falta de espacio que imposibilitaba trabajar en el artefacto, los agentes comenzaron a sacar con sus manos bolsas y un bidón, momento en el que se produjo la explosión, que también hirió a otras once personas.

Los tres policías saltaron en pedazos al estallar ese bidón con veinte kilos de amonal, cuarenta de metralla y un multiplicador de pentrita. El atentado fue cuidadosamente preparado por la organización terrorista para dificultar la desactivación del coche bomba y garantizar que se produjesen víctimas.

Los restos de los tres fallecidos, como consecuencia de la onda expansiva que causó heridas a once personas, salieron despedidos en un radio de más de 50 metros, provocando escenas dantescas entre los vecinos que esperaban a que terminara la desactivación del coche-bomba. Algunos testigos relataron como comenzó a lloverles cristales de los edificios afectados y restos humanos. La bomba fue de tal potencia que incluso los bomberos tuvieron que encaramarse al tejado de un inmueble de dos pisos para limpiarlo de restos de las víctimas.

Todos los partidos políticos a excepción de Herri Batasuna (hoy identificados bajo el nombre de EH Bildu) condenaron este atentado terrorista.

En febrero de 2025, la viuda e hijos de Don Manuel Jódar Cabrera, marcados hasta el fin de sus días como el resto de víctimas, relatan con gran dolor lo sucedido con el único fin de que generaciones posteriores aprendan de lo sucedido. El derramamiento de sangre nunca tendrá justificación ni servirá para otro objetivo que no sea aportar dolor y vergüenza a la sociedad que lo viva.

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