Descripción
Descripción
Los agentes de la Guardia Civil que realizaban la vigilancia a la cárcel de Pamplona solían variar sus itinerarios y sus horas de llegada y salida de la prisión por razones de seguridad. Sin embargo, aquellas medidas no fueron suficientes para disuadir al comando Nafarroa de ETA de atentar contra el convoy de la Benemérita. El 16 de octubre de 1988 los terroristas aparcaron en el número 3 de la calle Larreina una furgoneta cargada con 25 kilos de explosivos, entre 60 y 75 kilos de metralla y un atraque de cemento de entre 150 y 200 kilos. La hicieron estallar al paso de una tanqueta de la Guardia Civil en la que viajaban ocho agentes. El conductor, Julio Gangoso Otero, sufrió las heridas más graves: una voluminosa pieza de hierro se le incrustó en la cabeza. Falleció cinco minutos después de entrar en el quirófano del Hospital de Navarra.
Horas después en #Pamplona un coche bomba explotó al paso de un convoy de la @guardiacivil, regresaban de prestar servicio en la cárcel, alcanzó de lleno la tanqueta en la que iba Julio Gangoso, murió en el acto. Otros 7 compañeros quedaron heridos de por vida.
HILO ⤵️ pic.twitter.com/hd06Jii2yf
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) October 16, 2024