Descripción
Descripción
A las once de la mañana cinco agentes de la Policía Nacional, entre ellos Juan Seronero Sacristán, se desplazaron hasta la venta Susperregui, en el caserío Franchilla, para tomar unos bocadillos a modo de almuerzo mientras eran vigilados sin que lo supieran por un comando terrorista. Tres agentes habían llegado vestidos de uniforme en un coche Z con distintivos oficiales, mientras que los otros dos vestían de paisano y viajaban en un Seat 131 Supermirafiori de color azul marino y sin ningún tipo de identificación policial.
A 800 metros del local donde habían almorzado, los dos coches se vieron envueltos en un fuego cruzado desde varios puntos con armas automáticas. Dado lo accidentado del terreno y la escasa velocidad de los vehículos, resultaban un objetivo fácil para una emboscada. Los policías trataron de repeler el ataque abriendo fuego con sus pistolas, pero sin llegar a hacer blanco sobre ninguno de los terroristas. Dos de los agentes, Jesús Ordóñez Pérez y Juan Seronero Sacristán, fallecieron en el acto siendo acribillados bajo el fuego cruzado. Otros dos agentes, Alfonso López Fernández y Antonio Cedillo Toscano, fueron heridos de gravedad y fallecieron horas más tarde. Sólo el agente Juan José Torrente Terón sobrevivió tras una recuperación de casi nueve meses.
Durante el tiroteo, Antonio Cedillo fue capaz de salir del coche y disparar a los terroristas mientras huían. También logró caminar unos 500 metros hacia Rentería hasta que cayó al suelo y fue encontrado por un conductor de una furgoneta, al que le pidió que le llevase a un hospital. Sin embargo, se encontraron con los terroristas que obligaron a parar el vehículo y remataron a Cedillo en el coche con un tiro en la nunca.
El único condenado por el atentado fue Jesús María Zabarte, conocido como “el carnicero de Mondragón”, a pesar de haber participado únicamente en labores de vigilancia y no propiamente en su ejecución material. Por tanto, los responsables finales de la muerte de los agentes no han pagado por sus actos ante la justicia.
Los abatieron como a animales, durante 23 días los vigilaron y les tendieron una emboscada en un lugar sin escapatoria. Se llamaban JESÚS ORDÓÑEZ, JUAN SERONERO, ALFONSO LÓPEZ y ANTONIO CEDILLO.
Eran @policia #ETA los asesinó en #Oyarzun #TalDiacomoHoy de 1982
HILO ⤵️ pic.twitter.com/HgWIqQf5RE
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) September 14, 2023