Descripción
Descripción
La explosión de las bombas en la estación de Atocha pilló a José María García inmerso en la lectura de su diario deportivo. Fiel seguidor del Atlético de Madrid, esperaba, como cada mañana, el tren que le llevaría hasta Nuevos Ministerios. Vivía en Fuenlabrada y trabajaba desde hacía veinte años en la reparación de ascensores para la empresas Otis. Su esposa y sus dos hijos tuvieron que esperar nueve días hasta que el cadáver de la víctima fue identificado.
El 11 de marzo de 2004 era jueves. A primera hora de la mañana, terroristas vinculados a Al-Qaeda colocaron trece bombas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid. Entre las 7.37 y las 7.39, cuando los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez, diez de las bombas estallaron. Como resultado, 191 personas murieron y alrededor de 1.500 resultaron heridas. Fue el atentado terrorista más grave de la historia de España. El 3 de abril de 2004, cuando agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) se disponía a entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban recluidos los autores de los atentados, los terroristas protagonizaron un suicidio colectivo haciendo estallar veinte kilos de explosivos. La onda expansiva causó la muerte de un GEO, que cierra la ominosa lista de los 192 asesinados a causa de los atentados del 11-M.