Descripción
Descripción
Javier Guerrero Cabrera, de 25 años, estaba a punto de terminar la carrera de Informática mientras trabajaba como programador de sistemas en el Palacio Real. Las horas posteriores a los atentados del 11 de marzo, los servicios de emergencia sólo encontraron de él su DNI en el tren que explotó frente a la calle Téllez. No estaban ni sus llaves, de acero, o su reloj, de titanio, de ahí que su familia se aferrara a la idea de que pudiera estar amnésico o perdido a causa de las explosiones. Los carteles con el mensaje “¿Has visto a este chico?” y su foto empapelaron Madrid hasta el día 17, cuando las pruebas de ADN confirmaron que su cuerpo estaba en aquel tren.
El 11 de marzo de 2004 era jueves. A primera hora de la mañana, terroristas vinculados a Al-Qaeda colocaron trece bombas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid. Entre las 7.37 y las 7.39, cuando los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez, diez de las bombas estallaron. Como resultado, 191 personas murieron y alrededor de 1.500 resultaron heridas. Fue el atentado terrorista más grave de la historia de España. El 3 de abril de 2004, cuando agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) se disponía a entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban recluidos los autores de los atentados, los terroristas protagonizaron un suicidio colectivo haciendo estallar veinte kilos de explosivos. La onda expansiva causó la muerte de un GEO, que cierra la ominosa lista de los 192 asesinados a causa de los atentados del 11-M.