Descripción
Descripción
A las tres de la mañana del sábado 13 de enero de 1979, el etarra José María Zaldúa Corta accionó a distancia un potente artefacto por medio de un sistema eléctrico conectado a unas pilas y a 150 metros de cable que se extendían por el monte. El artefacto estaba adosado al talud derecho de la carretera y la explosión, que se produjo al paso de dos Land Rover de la Guardia Civil por la carretera que une el santuario de Loyola y la población de Azpeitia, destrozó la parte delantera del segundo de los dos vehículos, lanzándolo fuera de la calzada a una distancia aproximada de 15 metros. ETA asesinó en el acto a Francisco Gómez Gómez-Jiménez y a su compañero Juan Muñiz, que resultó gravemente herido, pero logró sobrevivir después de recuperarse durante quince meses.
La tragedia no terminó con la primera bomba ya que, cuando se hizo de día, agentes del Equipo de Desactivación de Explosivos de la Comandancia de Guipúzcoa fueron a inspeccionar la zona. Encontraron un paquete sospechoso y cuando iban a desactivarlo, la bomba estalló y causó la muerte de Miguel García Poyo. Su compañero Francisco Mota Calvo, de los Tedax, falleció dos días después.
#TalDiaComoHoy de 1979 #ETA asesinó en la carretera que une el santuario de Loyola y #Azpeitia a tres agentes de la @guardiacivil, Miguel García, Fco Mota y Fco Gómez.
Dejaron 7 niños huérfanos que sólo podrán recorrer los km que hay hasta las tumbas de sus padres.
HILO ⤵️ pic.twitter.com/TAdfsYouGl
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) January 13, 2024