Descripción
Descripción
Hacía apenas nueve días que el teniente de la Policía Nacional Emilio García Martínez aparcaba su coche en un aparcamiento privado de la calle Eduardo Soler y Pérez, en Valencia. Desde entonces, todas las mañana el agente se subía a su vehículo y ponía rumbo a Paterna, donde había sido destinado en 1981 tras pasar por Valencia, Madrid y Vitoria.
Hacia las 8.35 del 19 de abril de 1983, el teniente se subió a su vehículo y, al ponerlo en marcha, hizo explosión la bomba de un kilo de cloratita que terroristas de los GRAPO (Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre) habían colocado debajo del asiento trasero del coche. El hijo del agente escuchó el estruendo, bajó rápidamente al garaje y encontró a su padre herido y semiinconsciente. Emilio García fue trasladado a la ciudad sanitaria La Fe, donde ingresó, según publicó el diario El País, con una herida en la fosa lumbar derecha con diversas trayectorias en el interior y fracturas costales, quemaduras de tercer grado en el costado derecho, la parte derecha de la espalda y la cabeza, además de una fractura en una pierna. Falleció pasadas las diez de la mañana.
Emilio García, natural de Navas de Jorquera (Albacete) estaba casado y tenía dos hijos de 19 y 17 años.
#TalDiaComoHoy de 1983 los #GRAPO asesinaron en #Valencia con bomba lapa colocada en su vehículo al @policia Emilio García.
¿Alguien en Valencia lo recuerda?
La indiferencia y el olvido también son formas de complicidad.
¿Estuvo a la altura la sociedad valenciana?
HILO ⤵️ pic.twitter.com/DU51jgyawm
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) April 19, 2024