Descripción
Descripción
La noche del 27 de noviembre de 1980, los amigos Miguel Ángel San Martín Fernández, Carlos Fernández Valcárcel, Joaquín Martínez Simón y José Luis Hernández Hurtado acudieron al bar “La Chistera” de Logroño, un establecimiento frecuentado por policías. Hacia las 21.40 horas, cuando salieron del local, dos terroristas de ETA militar activaron por control remoto la carga de explosivos y metralla escondida en un coche alquilado que habían estacionado cerca del bar. El único que sobrevivió a la detonación fue José Luis Hernández.
Carlos Fernández Valcárcel, natural de La Coruña, era subcomisario del Cuerpo Superior de Policía y tenía dos hijos. La explosión le provocó estallido pulmonar y abdominal y heridas de consideración por todo el cuerpo. Murió cinco días después del atentado en el hospital, durante la tarde del 2 de diciembre.
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