Descripción
Descripción
Alejandro Hernández Cuesta trabajaba como conserje en el Centro de Formación Profesional Administrativa de Comercio Exterior en Irún, era también propietario de un bar y acababa de comprar una sala de fiestas. En los últimos meses, según explicó uno de sus hijos, había sufrido amenazas, que se consumaron la mañana del 30 de noviembre de 1978.
Aquel día, dos terroristas entraron en la escuela, preguntaron a un alumno por Alejandro y, cuando lo localizaron, le dispararon siete tiros. El empleado cayó al suelo mortalmente herido con impactos en el tórax y en las piernas mientras los terroristas se escapaban en un coche con un cómplice. Esa misma tarde ETA reivindicó el asesinato y acusó a la víctima de haber pertenecido a la Guardia de Franco y de colaborar con la Policía.
Eres conserje de un instituto en #Irun, un hombre y una mujer preguntan por tí, te aproximas a ellos y te acribillan a balazos.
Ocurrió #TalDíaComoHoy de 1978 a Alejandro Hernández Cuesta, había recibido amenazas.#Vivirsabiendoquetevanamatar
También #Impune
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) November 30, 2024