Descripción
Descripción
La madrugada del 11 de diciembre de 1987, el comando Argala de ETA militar aparcó un coche cargado con 250 kilos de amonal en una entrada lateral de la casa cuartel de la Guardia Civil, en la avenida Cataluña de Zaragoza. Eran las 6.10 horas cuando el terrorista Henri Parot se apeó del vehículo robado, accionó el dispositivo detonador por control remoto y salió corriendo.
Los agentes que se encontraban en la garita de seguridad del edificio sospecharon de que se trataba de un atentado. Uno de ellos persiguió al etarra, que se montó en un automóvil que le esperaba para huir. El otro subió a los apartamentos para avisar a un experto en explosivos, pero no le dio tiempo. La bomba estalló en el bloque, habitado por unas 40 familias de guardias civiles e hijos de agentes de otros puntos de España que estudiaban para ingresar en la Academia.
El edificio se derrumbó y se abrió un boquete de más de 10 metros. La onda expansiva afectó a viviendas cercanas. Once personas, entre ellas seis menores de edad, fallecieron en el acto y 88 resultaron heridas.
Rocío Capilla Franco, de 12 años, fue una de los menores asesinados. Estudiaba en el colegio Don Bosco, jugaba en un equipo de balonmano y acudía a clases de jotas. En el momento del atentado, dormía en el interior de la casa cuartel junto a su familia. Su padre, Emilio Capilla, y su madre, María Dolores Franco, murieron también durante la explosión. Solo sobrevivió el hijo pequeño, Emilio, de 9 años.
#TalDiacomoHoy de 1987 #ETA asesinó a familias enteras, 11 personas, seis de ellos niños y dejó 88 heridos en la #CasaCuarteldeZaragoza.@guardiacivil#Ataúdesblancos
Las gemelas Miriam y Esther Barrera Alcaraz, de tres años, su tío Pedro Ángel Alcaraz Martos, de 17.
HILO ⤵️ pic.twitter.com/AdzrUSEzNN
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) December 11, 2023