Descripción
Descripción
Hacia las cinco de la tarde del 13 de junio de 1991, la banda terrorista ETA asesinó al guardia civil Ricardo Couso Río en la localidad vizcaína de Valle de Trápaga. Ricardo había estacionado su coche frente al colegio Franciscanas de Montpellier y permanecía dentro del mismo mientras esperaba a que su hijo pequeño saliera del colegio. Carolina, que tenía catorce años, había salido antes y se dirigió a casa. El niño se entretuvo un poco más en la salida y, justo cuando subía al coche de su padre, un miembro del comando Vizcaya de ETA se acercó al vehículo y disparó seis tiros a través de la luna delantera. El guardia civil se desplomó sin vida dentro de su automóvil en presencia del pequeño de nueve años. El terrorista huyó en un taxi que había robado previamente.
Años después, en una entrevista, su viuda Fina Saavedra dijo, textualmente, que “nadie tuvo el valor, ni la decencia, de coger a ese niño de nueve años y acercarse a darle un mimo después de haber visto el asesinato de su padre. Le dejaron sentado, con la mente en blanco, en un banquito de piedra, hasta que llegaron los compañeros de mi marido”. Ese niño que fue testigo del asesinado de su padre ingresó años después en la Guardia Civil.
Recoges del colegio a tu hijo de 9 años, cuando montáis en el coche te disparan 6 tiros, tu hijo ve cómo te desplomas muerto "No sé cuánto tiempo estuve ahí en ese asiento en estado de shock, viendo cómo se cerraban sus ojos".
Se llamaba Ricardo Couso era @guardiacivil.
HILO ⤵️ pic.twitter.com/jtqLdAZ7pi
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) June 13, 2024