Descripción
Descripción
La mañana del 28 de junio de 1991, un bulto sospechoso llegó a la cárcel de Sevilla-1, dirigido al director del centro y procedente de Valladolid. El agente de la Guardia Civil que lo recibió pidió al servicio de paquetería, integrado por funcionarios de la prisión y algunos reclusos, que lo examinasen a través el escáner de rayos X. La máquina no mostraba el contenido, por lo que el policía fue a llamar a los especialistas en desactivación de explosivos.
Eran alrededor de las 11.20 horas, y en la sala contigua familiares y amigos de los presos esperaban su turno de visitas. De súbito, una bomba colocada en el interior del envío estalló y destrozó la sala. La detonación acabó con la vida de Raimundo Pérez Crespo, Manuel Pérez Ortega, Jesús Sánchez Lozano y Donato Calzado García. Otras 30 personas, entre ellas dos niños, resultaron heridas. ETA reivindicó el atentado. La banda tenía seis internos en Sevilla-1 y aquel mismo día un terrorista de la organización estaba siendo juzgado en la capital hispaliense.
Raimundo Pérez Crespo regentaba una papelería en Santander. En el momento en que sufrió el atentado, esperaba en la habitación colindante para visitar a su hermano, recluso de la prisión. Fue trasladado a la Unidad de Vigilancia Intensiva del hospital sevillano Virgen del Rocío, donde murió pocas horas más tarde.
#TalDiaComoHoy de 1991 #ETA asesinó mediante un potente paquete bomba enviado a la cárcel de #Sevilla1 a: Manuel Pérez Ortega funcionario de prisiones, Donato Calzado y Jesús Sánchez presos y Edmundo Pérez visitante de la cárcel. Hubo más de 30 heridos.
También #Impunes
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— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) June 28, 2023
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