Descripción
Descripción
Cuando José Ramón Domínguez Burillo salió de su domicilio en el barrio de Martutene para dirigirse a su trabajo en la prisión donostiarra, dos pistoleros de ETA que le esperaban en la calle se acercaron por la espalda y le dispararon dos tiros en el cuello y en la cabeza.
Al escuchar las detonaciones, algunos vecinos se asomaron a la calle, pero debido a la oscuridad reinante a esa hora y al obstáculo visual de los coches aparcados, no llegaron a detectar la presencia en la acera del cuerpo de la víctima. Mortalmente herido, José Ramón permaneció desangrándose durante unos 20 minutos, hasta que fue descubierto por un niño de diez años que iba a la escuela. Cuando ingresó en el hospital e la Cruz Roja de San Sebastián ya había fallecido.
Al día siguiente del atentado fue convocado un paro de cinco minutos en todos los centros penitenciarios de España que fue secundado masivamente. En Martutene se unieron a la protesta varios terroristas de ETA condenados, que en su mayoría estaban en situaciones de reinserción social. De hecho, los medios interpretaron el atentado contra Domínguez Burillo como un ataque de ETA a la reinserción de los terroristas encarcelados.
#TalDiaComoHoy de 1993 #ETA asesinó en #SanSebastián al funcionario de prisiones José Ramón Domínguez Burillo cuando salía de casa para ir al trabajo, estuvo 20 minutos desangrándose hasta que se lo encontró un niño de 10 años que iba al colegio.
Esto era ETA
HILO ⤵️ pic.twitter.com/7X7uU0xwxO
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) January 22, 2024