Descripción
Descripción
Cuando los amigos o familiares del comandante de la Policía Armada Joaquín Imaz le preguntaban por qué no llevaba escolta, él solía repetir siempre la misma frase: “¿Para qué? Sería inútil pues, si me han de matar, lo harán por la espalda”. La noche del 26 de noviembre de 1977 se despidió de su grupo de amigos, con los que había jugado a las cartas en el Casino Eslava, y se dirigió al aparcamiento de la plaza de toros para subir a su vehículo y volver a su casa del cuartel de Beloso. Antes de llegar a su coche, miembros de ETA le dispararon nueve tiros por la espalda, el último de ellos en la cabeza cuando el comandante yacía en el suelo. Su única hija, Carmen, de siete años, aturdida por el revuelo que había invadido inesperadamente su casa, comenzó a acumular sospechas de lo ocurrido. Se dirigió entonces a un compañero del comandante y le espetó: “¿Es verdad que han matado a mi papá?”.
#TalDiaComoHoy de 1977 #ETA cometió su primer asesinato en #Navarra. Se llamaba Joaquín Imaz, era jefe de la policía armada. Había recibido repetidas amenazas, la última la noche anterior, pero no quiso llevar escolta, no quería poner en riesgo la vida de otras personas.
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) November 26, 2023
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