Descripción
Descripción
Después de escuchar la explosión del tren en la estación de Santa Eugenia, cerca de su casa, Amaparo Imedio bajó al garaje. Quería comprobar si su hijo, Francisco Javier Ibarra, había cogido el coche para ir hasta su puesto de trabajo en Alcobendas o si había optado por el tren de cercanías. Cuando vio el coche en el garaje, la mujer, viuda de sesenta años, comenzó a temerse lo peor. Su otra hija, Lourdes, visitó varios hospitales y deambuló por el recinto de Ifema hasta que le confirmaron que su hermano había fallecido en el tren que había estallado frente a la calle Téllez.
El 11 de marzo de 2004 era jueves. A primera hora de la mañana, terroristas vinculados a Al-Qaeda colocaron trece bombas en cuatro trenes de Cercanías que circulaban por Madrid. Entre las 7.37 y las 7.39, cuando los trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y frente a la calle Téllez, diez de las bombas estallaron. Como resultado, 191 personas murieron y alrededor de 1.500 resultaron heridas. Fue el atentado terrorista más grave de la historia de España. El 3 de abril de 2004, cuando agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) se disponía a entrar en un piso de Leganés donde se sospechaba que estaban recluidos los autores de los atentados, los terroristas protagonizaron un suicidio colectivo haciendo estallar veinte kilos de explosivos. La onda expansiva causó la muerte de un GEO, que cierra la ominosa lista de los 192 asesinados a causa de los atentados del 11-M.