Descripción
Descripción
El capitán Francisco de Asís Liesa Morote residía en la calle Amadeo Deprit y hasta allí se desplazó un comando terrorista que encañonó al portero del edificio y que lo obligó a llevarlos hasta el domicilio del capitán, que les abrió la puerta. En el interior estaban también su esposa, Claudia Mestre, y tres alumnos de náutica que estudiaban el título de patrón de yate. Al ver a los terroristas, la esposa del militar gritó “Asesinos, asesinos”.
Una vez dentro, uno de los terroristas se encerró en una habitación contigua con Francisco, con el que mantuvo una conversación de unos cinco minutos. Al término, abrió la puerta de la habitación al tiempo que decía: “Ya hemos terminado”. Sin mediar palabra efectuó un sólo disparo a bocajarro sobre la sien de Francisco de Asís. Los cuatro terroristas huyeron a pie a través de descampados sin luz.
La mañana del funeral de Francisco Liesa aparecieron en las calles más céntricas de Bilbao carteles en los que podía leerse: «No queremos medallas, queremos a nuestros maridos».
Imagínate que estás en tu casa de #Bilbao dando clases a dos alumnos de náutica, tocan la puerta y tú mismo abres la puerta y te encuentras al portero con tres encapuchados pistola en mano, preguntan quién de los tres es Francisco Liesa, también se encuentra tu mujer en casa ⤵️ pic.twitter.com/z0wFtBhmtn
— Consuelo Ordóñez (@ConsuorF) October 3, 2022
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